La creencia de que necesitamos tener una autoestima alta para estar psicológicamente sanos está muy extendida en nuestra cultura y no seré yo quien diga que no es importante tener una sana autoestima para ser feliz, de hecho, lo es y mucho, pero quiero aclarar que una sana autoestima no consiste en tener únicamente pensamientos positivos sobre nosotros mismos.
¿Qué es realmente la autoestima?
La autoestima es una valoración de nuestro mérito, la evaluación que una persona hace de si misma. En este proceso de valoración interviene lo emocional, lo cognitivo y conductual, e incluso lo motivacional. La autoestima juega un importante papel para alcanzar el equilibrio psicológico y el bienestar de una persona.
Los sentimientos de autoestima surgen no solo de cómo nos vemos nosotros mismos sino también de cómopercibimos que nos ven los demás.
Sin embargo, la buena noticia es que una sana autoestima no es algo que se hereda de forma estable como el color de los ojos o la estatura. De hecho, una buena autoestima parece ser la consecuencia más que la causa de una conducta saludable.
Podemos ir reconstruyendo nuestra autoestima con cada decisión que tomamos así que te animo a que la próxima vez que consideres que el origen de tus problemas tiene que ver con tener una baja autoestima, recuerdes que está en tu mano (o más bien en tus acciones) cambiarla o mejorarla.
Todos tenemos la responsabilidad de nuestras acciones, decía Aristóteles que somos los que hacemos repetidamente. Nuestros hábitos transforman nuestra vida y también nuestra autoestima.
¿Cómo se mejora la autoestima?
1. Evita evitar los retos que la vida te vaya generando. Si tienes que enfrentarte a una nueva situación que te requiere dificultad, un examen, una presentación, una cita con alguien nuevo, etc. Afróntalo. A veces tenemos la idea de que al evitar un fracaso protegemos nuestra autoestima y sin embargo, las investigaciones demuestran que no es así, cada evitación disminuyen la percepción de nuestra capacidad y por lo tanto de nuestra autoestima.
2. Acepta tu imperfección. Una sana autoestima está relacionada con la aceptación de aquello que somos, no solo de aquello que se nos da bien. No huyas de esos aspectos de ti que no te gustan o que consideras más imperfectos, la capacidad de aceptarlos y valorarte a pesar de ellos, es más saludable que evitarlos.
3. Proponte pequeños objetivos. Si quieres incrementar la percepción que tienes de tus habilidades, una de las primeras cosas que puedes hacer es tratar de mejorarlas, poco a poco y proponiéndote pequeños retos que te ayuden a mejorar. Por ejemplo, si para ti es importante percibirte como una persona que habla idiomas puedes proponerte acciones para mejorar tu destreza a pesar de la frustración inicial que genera aprender algo nuevo, a largo plazo es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti.
4. Muéstrate. A todos nos gusta gustar, estamos programados para ello pero querer gustar a todo el mundo es un objetivo imposible que si pretendes alcanzar, acabará con tu autoestima pues conseguir la aprobación de todo el mundo necesitaría de las cualidades de un camaleón para hacerlo y después siempre tendrías la duda, ¿quién verdaderamente les gusta, yo o lo que digo que soy yo? Mostrarte ante el mundo con tus virtudes y tus fallos es uno de los mejores potenciadores de autoestima que conozco.
5. Tu vulnerabilidad es tu mayor fortaleza. Las emociones y los pensamientos desagradables sobre ti mismo pueden transformarse en tu mayor fuerza si aprendes a aceptarlos y dejas de luchar con ellos. Recuerda que el exceso de control sobre aquello que pensamos hace que nuestro pensamiento se descontrole.
6. Se compasivo contigo. Aprende a tratarte bien cuando falles, cuando todo no salga como te gustaría, cuando hayas metido la pata aprende a no juzgarte de forma excesivamente crítica. Entiende tu humanidad y trata de no tomarte los fallos como algo personal.
7. Evita delegar. Es muy tentador dejar que sean los demás aquellos que deciden por nosotros cuando no sabemos qué hacer pero el camino de cada persona es único e intransferible. Cada vez que delegas en otras personas las decisiones que tienes que tomar, estás incrementando tus inseguridades y dudas acerca de tus capacidades y dejando pasar una gran oportunidad de crecimiento personal.
8. El fracaso no existe, solo existen las experiencias vitales. Entiendo que al leer esto dirás, sí claro.., vale, de acuerdo, en términos de ganar y perder, a veces se gana y otras se pierde pero realmente no tenemos ni idea de lo que es ganar o perder. Lo que a veces creemos que es lo mejor para nosotros, quizás no lo sea, solo el tiempo nos lo dirá. El tiempo y todo lo que tu seas capaz de crecer, cambiar y aprender con ese supuesto fracaso, sin él no hay evolución.
9. Adáptate. Reflexiona sobre qué estrategias sueles utilizar en tu vida, una de los mayores superpoderes que existen es la flexibilidad psicológica, (en el cuerpo también), la capacidad de pensar y ver las cosas desde otros puntos de vista que te ayuden a adaptarte a aquellas situaciones que tengas que vivir.
10. Celebra. Aprende a celebrar aquello que has conseguido, cambiado, aprendido. Celebra con ¡Qué bien lo he hecho hoy!, ha sido difícil pero me he mantenido, he sido capaz de intentarlo, etc. Y si quieres tener nota en este punto, comparte tus logros con los demás, regálate algo que te haya ilusión… Un pincho de tortilla o un capítulo de una serie, lo que quieras, pero que sea un premio, un pequeño placer de esos que te hagan sentir muy pero que muy bien.
Espero que te estas estrategias puedan ayudarte para mejorar y construir tu autoestima. No obstante, si crees que todas estas pautas te resultan demasiado imposibles de llevar a cabo, te recomiendo que consultes con un profesional de la psicología, la terapia psicológica puede ayudarte a mejorar la percepción que tienes de ti mismo y así ser más feliz.
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