Es la primera vez que escribo un post de estas características y es la necesidad la que me mueve a hacerlo: la necesidad de revindicar el derecho a creer en el amor y amar.
Cada día soy testigo del dolor que genera la soledad afectiva, esa que hace que sintamos el más absoluto vacío, esa que nos hace profundamente infelices y que sintamos que la vida es muy difícil de vivir.
Son muchas las personas que desean un buen amor y no tantas las que lo acaban consiguiendo. Quizás porque nos han dicho que hay que ser independientes, porque nos han dicho que tenemos que tener cuidado, quizás porque aquel que se preocupa por el otro más que por si mismo es considerado un tonto o lo que es peor, porque aquella persona que se atreve a expresar su deseo y necesidad de estar con la pareja es considerado un… “Dependiente emocional”. Dependiente porque no niega su necesidad de amar.
Aquellas personas que son valientes y se atreven a vincularse con otras son hoy en día consideradas más débiles que las que hacen lo contrario y son incapaces de arriesgarse a crear un vínculo sano y fuerte con otra persona.
Un vínculo sano requiere de cuidado, de respeto, de admiración, de capacidad de adaptación, de intimidad, de espacio y de tiempo pues solo así podrá crecer. Solo si somos capaces de dedicar tiempo a construir ese espacio seguro, ese lugar donde poder sentir que estamos en casa, seremos capaces de alejarnos después y disfrutar de esa independencia que nada tiene que ver con la autosuficiencia.
Necesitamos a los demás.
Necesitamos tener vínculos sanos y fuertes con nuestros amigos, nuestra familia y por supuesto con nuestra pareja. Es muy difícil o casi imposible construir una sana relación si lo tuyo es tuyo y lo mío, mío. Si nunca compartimos espacios, nunca compartimos tiempo, nunca compartimos ideas, sueños, proyectos…
Hoy parece que, si yo quiero saber de ti, si quiero escucharte, si quiero entenderte quizás sea una persona dependiente emocionalmente que tiene una adicción a saber de la persona que quiero.
Así que tratamos de ser “independientes”, ¿Cómo? Quizás os suenen estas frases: “no le voy a escribir no vaya a ser que se agobie”, “no voy a preguntarle con quién está no vaya a pensar que quiero controlarle”, “no le voy a decir que me apetece tomar un café por si…”, analizamos cada mensaje que escribimos, cada palabra, no vaya a ser que sea malinterpretada, cómo si la interpretación que hace la otra persona de nuestra conducta dependiese de nosotros.
Nos comportarnos como creemos que la otra persona querría, y es justo así, con esta trampa, donde comenzamos a sentirnos más y más solos. Solos porque es imposible conectar tratando de negar nuestra necesidad de amar y que nos amen. Atrevernos a amar tiene que ver con atrevernos a mostrar aquello que somos, que queremos y deseamos. Esto es lo que Brené Brown llama mostrar nuestra vulnerabilidad.
Si queremos construir una relación sana solo podemos hacerlo si confiamos en el amor, si creemos que la otra persona puede amarnos y nosotros podemos amar a la otra persona.
Aquello que creemos de la vida, de los demás y de nosotros mismos, influye de manera directa en nuestro comportamiento.
Si crees que para que alguien te ame tienes que mostrarte como alguien que no eres, esa creencia te alejará de los demás.
Si crees que conectar con otra persona y necesitarla te debilita, esa creencia te privará de una de las experiencias que hacen que la vida tenga sentido. ¿Qué es la vida sin amor?
Si crees que no se puede confiar en los demás, te pegarás la vida buscando señales que confirmen tu desconfianza y evitarás vincularte con otra persona.
Si crees que eres capaz de amar y digno de ser amado, no sé si encontrarás el amor cuando tu deseas, tampoco sé si saldrás siempre indemne pero lo que sí sé es que te habrás atrevido a ser humano y conectar con el mayor propósito que tiene la vida para nosotros: AMAR.
Con amor,
Carmen
Bonita reflexión sobre el amor, amar o ser amado. Me encanta el último párrafo. Empieza así: "si eres capaz de amar y digno de ser amado..". Amar, es una capacidad y se nace con ella. Ser amado, se tiene que merecer, se gana. Así de simple, así de bonito.